miércoles, 30 de abril de 2014

Los herreros

Un oficio que era muy común era el de herrero. Trabajaban en la forja que era un patio con una especie de barbacoa llamada fragua, donde quemaba carbón con ayuda de unos fuelles, para avivar el fuego, y donde ponían el hierro que iban a trabajar, que se calentaba hasta emitir luz, y luego a base de martillazos en el yunque le iban dando forma. El trabajo del herrero era muy ruidoso, pues el golpear del martillo sobre el yunque emitía un repiqueteo que se oía desde lejos. Y con el hierro hacían toda clase de objetos como lámparas, rejas para puertas y ventanas., que todavía hoy siguen fabricando los herreros. Pero también eran los encargados de fabricar las herraduras para proteger las pezuñas de los caballos, mulos y burros, y los aros de hierro con que cubrían las ruedas de madera de los carros, para que no se desgastaran. Y no solo los fabricaban, sino que también eran los encargados de clavar las herraduras a las pezuñas de los animales, que sorprendentemente se dejaban y no se quejaban, "como tú cuando te cortan los papás las uñas", me decían mis padres. Hoy ese oficio los han heredado los talleres de neumáticos para coches, que no son herreros.

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