domingo, 14 de mayo de 2017

El café


Todas las mañanas cuando me levanto me hago un café que tomo con leche y una torta de aceite. Lo preparo en una cafetera con café molido que he comprado en el supermercado. Mi familia lo prepara ya en una cafetera de cápsulas. Pero, en mi infancia, ¿se tomaba café? Sí, pero solo en los bares. El café se compraba en las tiendas de alimentación (no había supermercados), y lo vendían en grano. Luego, en tu casa metías los granos en el molinillo y... a darle vueltas a la manivela: los granos de café se introducían por arriba, y se recogía en un cajoncillo ya molido; de ahí se vertía en agua hirviendo y luego se colaba en un colador de tela, "el calcetín". De ahí viene la broma de decir, cuando un café es flojo, o no sabe muy bien, "es un café de calcetín", refiriéndose a un café hecho con un calcetín... sudado. Pero la verdad es que en casa casi nunca se tomaba café, porque era caro. Los granos de café se sustituían por granos de cebada tostada, y nos hacíamos la ilusión de que era café. Y hoy a eso le llaman también bebida de cereales tostados.

La foto la saqué de un molinillo que hay en la casa rural Simeón de Gaianes (Alicante)