lunes, 24 de febrero de 2014

Mi padrino

Mi padrino se llamaba José María, era vecino mio, cojeaba, y tenía un Balilla, coche negro parecido a los taxis de Londres, pero más pequeño. Entonces solo los ricos tenían coche, pero él lo tenía porque era corredor de vinos y lo necesitaba para su profesión. En su casa, entrando a la izquierda había una habitación, el gabinete, donde tenía una mesa de despacho, con carpetas y papeles, y un mini laboratorio donde destilaba vinos y así los analizaba y sabía su calidad. A mí aquello me parecía magia ver cómo cambiaba bruscamente el color de los destilados del vino, y que de aquel cambio brusco de color él pudiese sacar consecuencias de precio y caducidad del vino. Quizá ahí empecé a sentir curiosidad por la Química.

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